BLB

Sólo soy yo, yo y lo que pasa por mi cabeza. Mi vida momento a momento.

domingo, 15 de abril de 2012

Tengo la ligera sospecha de que siempre serás mi talón de Aquiles, la tercera piedra con la que siempre tropiezo. Lo digo por la forma que tienes de parar el mundo y la cara de imbécil que se me sigue quedando cuando estas cerca.






Soy de las que piensan que si de verdad has querido a alguien no puedes olvidarle, por mucho que lo niegues, por mucho que te lo jures, por mucho que digas nunca más. Aunque quieras alejarte lo más posible, no se puede olvidar. Quieras o no, algo o alguien, te va a volver a llevar al pasado, y en ese pasado se encuentra esa persona. Puedes intentar cambiar de vida, de ciudad, de país, que si de verdad has querido, no puedes olvidar. Porque no va a dejar de importarte, por mucho daño que te haya hecho, seguro que en cuanto le recuerdes, por algún extraño motivo te va a a salir una estúpida sonrisa en la cara. Las heridas se cierran, pero las cicatrices, no se borran. Tal vez no hayas podido vivir con el, pero tampoco sabrás como sobrevivir sin él. Eso es amar. Amar es perder algo y no dejar de añorarlo aunque no este en tu vida, aunque ya no forme parte de ti.

Echo de menos nuestra química aplastante.

¿Que por qué te sigo esperando? Quizas porque soy masoca. Sí, de esas que parece que les gusta sufrir, a lo tonto y a lo bobo. Puede que yo no sea la chica más guapa, ni con el mejor cuerpo del mundo, ni con los ojos más bonitos, ni con las uñas perfectamente pintadas, ni siempre bien arreglada, ni bien peinada, ni bien maquillada. Es más, posiblemente me encuentres casi siempre con unos vaqueros y unas vans, con las uñas a cachos, mordidas por los nervios de los asquerosos exámenes, con unos pelos como si acabase de levantarme, y con la raya y el rímmel corridos. Que sí, que vale, que no soy un buen partido, pero te aseguro, que yo puedo llegar a ser la chica que más te quiera en toda tu vida.

La importancia que le das a las cosas, no es la misma que le doy yo...

...a ti te la resbalan los sentimientos, y a mí cada día me joden más.


Ya no queda nada más que decirse "adiós", y eso me duele, pienso que un "hasta luego" siempre es mejor.


'Cause you know we are inseparable.

viernes, 13 de abril de 2012

Sólo digo que... nunca quise hacerte daño.

Pues sí, parece que ahora es definitivo, el 'adiós' que tanto habíamos temido. Joder, cuesta creerlo, después de tantos meses... tantos meses en los que sólo estabas tú, tú y tu sonrisa.
 Voy a ser sincera, me aterra la idea de que las cosas no vuelvan a ser nunca así, odio pensar que el lugar que yo he ocupado durante todo este tiempo, me lo pueda arrebatar la primera que pase por ahí.
La verdad es que creo que eso pasará, que tardarás unas semanas en olvidarme... y no sabes lo que duele eso. No creo que nunca haya significado gran cosa para ti, sólo un tía más, pero que aguantó más que las demás a tu lado.
En fin, sólo espero equivocarme, y que no me olvides, nunca.

Miedo a encontrarse.

Nunca digas nunca, pero tampoco digas siempre, porque a veces pasa que lo tienes todo y en tan solo unos segundos pierdes aquello que guardabas como si tu vida dependiera de ello. No voy a negarlo, lo echo de menos, sí, más de lo que se merece. Dicen que de los errores se aprende, pero la cuestión es... ¿realmente quiero aceptar que fue un error? Como va a serlo, si fue la época más feliz de lo que llevo de vida, ha sido, es y será la persona que me hizo ver la realidad, echarle ganas y saber enfrentarla, fue esa persona, que me regaló noches, miradas, sonrisas que eran solo para mí, si, lo he dicho bien, eran, verbo en tercera persona del plural pretérito imperfecto de indicativo, lo que viene a ser lo mismo que pasado, algo que ya no es mío, ya no me pertenece, lo perdí, y todo por creer que era las palabras eran mentira, que no iba más allá del rato que pasábamos juntos, por eso, lo fastidie, nunca imaginé que todo esto acabaría así, pero ya veo que el nunca, tanto como el siempre, son palabras opuestas, pero que pueden llevarte al mismo lugar.

viernes, 6 de abril de 2012

Gracias, por esas cosas que no se pueden contar.

"Sigo echándote de menos. Sabía que sería así. Lo supe desde la primera vez que hablé contigo. Ha pasado mucho tiempo, y los dos hemos cambiado. Mucho. Somos personas totalmente diferentes a aquellos que un día empezaron a quererse. Han pasado mil cosas. Hemos cometido errores. Sobre todo yo. Y sé que es cierto que me he equivocado en varias ocasiones, sé que esquivar al destino hubiese sido la mejor solución en la mayoría de los casos, pero no lo hice. No tuve esa fuerza de voluntad. Nunca la he tenido. Pero lo que más me duele es haberte hecho daño a ti. Y me di cuenta de que no estaba actuando correctamente cuando hiciste ese pequeño gesto, ese comentario que hizo que volviera a sonreír de verdad, incluso sin saber que venía de ti. Siempre has estado animándome, escuchando mis problemas e intentando solucionarlos. Siempre has demostrado quererme, aunque no lo dijeses directamente. No he borrado ni uno de tus mensajes, ni uno sólo. Y cada vez que los leo, te echo de menos. Qué digo, te echo de menos siempre. Nunca sales de mi cabeza. Ni tú, ni tu sonrisa, ni tu forma de mirarme. 
Lo siento, sé que no hay forma de volver atrás, y no sé cómo será todo a partir de ahora. Pero quiero darte las gracias una vez más, por ser como eres y haberme hecho sonreír incluso cuando no lo merecía."