I won't forget.

¿Sabéis esa piedra que está siempre estorbando y con la que todo el mundo se tropieza? Pues yo debo ser algo así. Siempre he presumido de que no necesito a nadie, que me mola ir a mi bola y que puedo con todo, pero ahora que de verdad no tengo a nadie... creo que me equivocaba. Todos necesitamos a una persona especial, a un mejor amigo, alguien que incluso cuando finges la sonrisa más perfecta sabe que te pasa algo, y que cuando te pregunte qué te pasa y tu le contestes que nada, te abrace y te diga "sé que no estás bien", porque muchas veces cuanto más nos escondemos, más ganas tenemos de que nos encuentren.
Antes me encantaba descubrir que iba a pasar cada sábado que salíamos, ahora me da miedo cada día, me da miedo que el sol salga cada mañana, me da miedo saber qué va a ser lo siguiente, pero bueno, ya somos mayorcitos y supongo que estas cosas habrá que guardárselas para uno mismo y salir a la calle a por todas, aunque no tengas ganas ni de respirar.

Yo sólo pido pasar estos años al menos con media sonrisa.

Si es que la culpa la tengo yo. Por mis altas expectativas, por pensar que soy lo suficientemente buena para alguien, o sólo por creer que puedo hacer algo sin cagarla. Que no soy perfecta lo tengo más que asumido y que las cosas nunca van a salir como yo quiero también. Que seguro que cualquiera me cambiaría por un culo bonito o incluso por un cerebro más vacío que el mío. Que sí, que las cosas van a ir bien al final, en unos años, que eso lo sé, que positividad no me falta, y buenos amigos tampoco, que si no fuera por ellos no sé ni dónde estaría ahora mismo. Lo bueno de que te pasen cosas malas, es que al final acabas sabiendo valorar los pequeños detalles, esos de los que nadie se da cuenta pero que al final son los más importantes.

AL FINAL TODO VA A ESTAR BIEN, PORQUE NUNCA EXISTE UNA VIDA LLENA DE DECEPCIONES.

Give a little time to me.

Típico de ti, de tus estados de ánimo y de tu miedo a caer derrotado sin ni siquiera intentarlo. Típico de tus ojos el mirar hacia atrás y no ver lo que tienes delante.Soy yo, sí yo, la que hoy te quiere porque sí, porque no puedo marcharme sin intentarlo y porque quiero acabar el juego que tú empezaste. No abandones ahora, no sueltes la cuerda, tira y arrástrame hasta ti, que si quieres esta noche te bajo la luna, y te susurro al oído todo lo que me he callado estos meses.Arriesga y apuesta conmigo, que después de todo, no tenemos nada que perder.

Dicen que hay personas a las que les gustan los defectos de otras.

Mi problema es que no confío en nadie. Cuando veo que algo empieza a ir bien lo único que hago es esconderme detrás de mi estúpido miedo y vergüenza. No creo en la felicidad, no creo en el amor y mucho menos en los cuentos de hadas. Sin embargo, cuando miro a mi alrededor y veo a toda esa gente feliz, me pregunto que si soy yo la puta rara aquí, la única incapaz de levantarse con una sonrisa ¿Qué hago mal? Quizá sea por el simple hecho de ser yo, quizá porque no todos estamos hechos para ser queridos o porque la experiencia me ha dejado emocionalmente dolida, o porque antes de poder ver el principio, ya me estoy imaginando el apoteósico final. También puede ser por mis rarezas (que no son pocas), por las burradas que digo o las cantidad de palabrotas que salen por mi boca, por mis malos modales o yo qué sé, quizá no he madurado lo suficiente y estoy jugando en una liga de mayores.

El motivo de esta carta es pedirte que no vuelvas.

"Hoy me he levantado y el dolor me ha apretado los dientes"

Si soy buena y miento, te diría que ojalá fueses muy feliz con ella, que te la mereces. Si soy mala y te digo la verdad, te diría que nunca vas a encontrar a alguien como yo, alguien que te quiera tanto, que para ella sólo eres uno más y que te arrepentirás de todo esto. Por experiencia, sé que en estos casos es mejor mentir y que te des cuenta por ti mismo de las cosas. Y aunque yo no esté ahí para ver la hostia que te vas a dar, sé que tú te acordarás de mi.

Besos de Judas.

Me paso el día mirando al pasado, e intentando recordar cómo es el sentimiento de felicidad. Recuerdo que hubo un tiempo en el que era feliz, en el que me levantaba con ganas, con un motivo. Las cosas han cambiado tanto...yo misma he cambiado tanto, me he convertido en lo que odiaba. Es más, estoy segura de que si hablases conmigo ni me reconocerías. Pero ¿qué puedo hacer? El tiempo pasa, los sentimientos se enfrían y te das cuenta que el mundo no está hecho para los que tienen un corazón de oro, ni para los que lo dan todo por una persona porque ya sabes, "siempre pierde el que quiere más", así que ¿qué queda? Nada. Lo único que podemos hacer, tras tan terrible hostia que nos damos contra la propia vida, es ponernos una tirita, hacer que nuestro corazón se vuelva de hielo y pensar en nuestro futuro, porque, de todos modos, peor no pueden ir las cosas.

Las victorias nunca pasan por mi lado.

Cuando todo te va mal, siempre piensas que al menos la tienes a esa persona que siempre va a estar ahí. Pero ¿y cuando esa persona ya no está? ¿cuando no te queda absolutamente nada? Ahí te das cuenta que estás sola contra el mundo. Un mundo el cual te odia y sabe lo débil que eres. Es una batalla perdida. Y lo peor es que lo sabes.